Si de cosas romantizadas hablamos, para mí el número 1 es el concepto de planificación y orden en el diario vivir. De ahí deriva que en diciembre YouTube sabe que debe recomendarme vídeos de gente con hermosas libretas que cuestan más de una hora de trabajo de mi país y están llenas de color y ternura. Al nivel que luego da pena escribir en ellas con rapidez y anotar que tienes que lavar la ropa.
Sin embargo, este 2016 encontré un vídeo con una idea que se acomoda a lo que necesito. Consiste en escoger una palabra que sea mi meta durante el año. Además, debes definir 3 metas dividas en las categorías: Espiritualidad, crecimiento personal y profesional.
Personalmente, no me puse metas en ninguno de esos ámbitos y sólo escogí mi palabra.
EQUILIBRIO
Definición: Una condición en la cual ninguna parte, ningún elemento, ningún factor ni ninguna influencia pesa más que otro ni está fuera de la debida proporción con otros.
Porqué me es necesario: Constantemente me veo atrapada en enfocar mi atención en una cosa y desatender el resto. Si he tenido una semana en que me enfocó demasiado en actividades fuera de casa, mi habitación no conoce la luz del sol ni el piso limpio. Si me centró demasiado en los dispositivos electrónicos, me olvido de que los seres humanos duermen más de tres horas y en horarios en que el sol no quema. Si aumento mi interacción con personas, olvido que soy mayoritariamente introvertida y que estar sola me sirve para cargar baterías. Y por supuesto, todo esto me desconecta de lo realmente importante que es mi espiritualidad que va proporcionada con mi salud mental.
El próximo mes comentaré mis avances.
¿Qué hay de ustedes? ¿Cómo se organizan? ¿Qué esperan de este año?